Eduardo Pereira


Nació en Rio de Janeiro, pero vive desde los diez años en São Paulo. Sus padres se separaron y él se quedó con su madre, que se casó nuevamente con un habitante de Sao Paulo y llevó al niño a la ciudad cenicienta. Eduardo ha visto poco a su padre en estos diez años de vida en Sao Paulo. Su padre está en Roma y habla poco con su hijo.

El muchacho creció con la fuerte convicción de que no se quedaría en São Paulo, pues quería volver a Rio y liberarse de la familia que no considera suya: la madre tuvo una hija con el segundo marido y Eduardo se sintió excluido del núcleo familiar, a tal punto que en las vacaciones hacía de las suyas y partía a la casa de sus abuelos en Diamantina, sólo volvía en el último día. Aprobó el examen de admisión de la Universidad Federal de Rio de Janeiro en la tercera reclasificación, rápidamente se matriculó y pasó a compartir un apartamento con un amigo de infancia.

Eduardo es inseguro, necesita de la aprobación de todo mundo, pero jamás deja que los otros lo noten. Carismático, seduce con facilidad y piensa que con la seducción está resolviendo sus problemas de afecto. Cuando el curso de Ingeniería de Producción empieza, no consigue seguir el ritmo de la clase y descubre que no tiene vocación para ser un ingeniero de producción. Va a cambiar de carrera, pero ni él sabe qué hacer, pues pasó la vida queriendo huir de São Paulo y ahora tiene un futuro sobre el cual decidir, pero no sabe qué camino seguir.

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