Delegado de la Policía Federal, es un profesional serio, ético, competente, corajoso y obsesivo en sus funciones. Quiere desbaratar la red de narcotráfico que liga Brasil e Itália y, sobretodo, quiere pegar los verdaderos jefes del crimen organizado, los que tienen vida dupla y constituyen el poder paralelo – el poder que corrompe el Estado. Para atingir sus objetivos, corre riesgos y enfrenta oposición dentro del propio sistema policial. A Téo le gusta vencer a través de la deducción y de la estrategia. Solo usa armas en último caso. Es un hombre fino y educado, que atrae naturalmente a las mujeres. En las horas vacantes toca clarinete.

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