Está casado con Ainoa y es padre de Jonatan, Esbaal, Mical y Merabe. Saúl comienza la historia ya con treinta años de reinado, próximo a los 50 años. Conduce a los hombres Israelitas con brillantismo. Guerrero valeroso, liderea a sus soldados con mano firme. Conforme pasa el tiempo, se vuelve un hombre arrogante y auto-suficiente, pero por dentro es débil y vulnerable. Comienza a desobedecer las órdenes de Dios y a fallar gravemente. Después de que Dios le quita su reinado, comienza a ser atormentado por un espíritu maligno. Solamente la música de David le trae paz. Ama a David como a un hijo, pero se transforma en su mayor enemigo al descubrir que él es el nuevo ungido de Dios.