Allá por el año 1716 a.C., en Harán, región de la Mesopotamia, nace José, fruto de un milagro. Es hijo de Raquel, una mujer estéril y la esposa más amada de Jacob, que ya está en la vejez cuando el hijo es engendrado. José se convertirá en el hijo favorito.
José recibe una túnica ornamentada de Jacob, simbolizando que él fue elegido como su sucesor. No satisfechos con la decisión adoptada por el padre y tomados por los celos, los hermanos deciden darle una lección a José arrojándolo en un pozo profundo y sin salida y vender al hermano como esclavo.
José es llevado a Egipto. El joven hebreo se hace siervo de Potifar, jefe de la guardia del Faraón Apopi. Sati, esposa del comandante, comienza a alimentar un deseo ardiente por José, y hace todo lo posible para conquistarlo, pero acaba siempre sin éxito. Furiosa, ella se venga de José, mintiendo que el hebreo intentó violarla. Potifar lo manda a prisión.
El Faraón Apopi comienza a ser atormentado por extrañas pesadillas y, al saber que José tiene el don de interpretar los sueños, solicita su presencia en el palacio real. Después de escuchar el relato de Apopi, José revela que Egipto pasará por siete años de abundancia, que luego serán seguidos por un largo periodo de hambre. José también dice que será preciso almacenar suficientes comida en el periodo de abundancia para abastecer al pueblo durante los tiempos de desgracia.
Cuando el hambre llega a Canaán, Jacob manda a sus hijos a buscar comida a Egipto, ya que sabe que es el único lugar en la tierra donde hay alimento. Al llegar frente al respetado gobernador de Egipto, los hijos de Jacob no reconocen a su propio hermano debajo de los trajes egipcios. Pero José los reconoce y se ve obligado a esconderse para llorar, en profundo dolor, casi veinte años después de la traición. Ahora, solo José podrá salvar a los hermanos que lo hicieron sufrir tanto en el pasado.